Nací en Santiago, la vibrante capital de mi país, pero a los cuatro años, mi familia se trasladó a la tranquila comuna de Cunco, en la región de la Araucanía. Crecí como hijo de un zapatero y una ama de casa, alimentando mis sueños mientras repartía el diario en nuestra pequeña ciudad de 10,000 habitantes. Aunque era un niño como cualquier otro, llevaba dentro de mí una visión de grandeza que nunca se extinguió.
Con el respaldo inquebrantable de mi familia, logré estudiar y graduarme como Programador Analista, y más tarde, en Ingeniería en Administración de Empresas en la Universidad Santo Tomás de Temuco. Mientras mi carrera profesional florecía, también crecía mi familia con la llegada de mi hijo Vicente. Todo parecía encaminarse bien, hasta que, a los 31 años, un evento transformador cambió mi vida de manera inesperada.
Un domingo lluvioso, en busca de un respiro de la rutina, decidí conducir por una carretera rural. Sin embargo, una repentina granizada hizo que mi camioneta volcara varias veces. Atrapado en el vehículo, herido y lleno de incertidumbre, experimenté una revelación: la vida, al igual que los juegos que siempre adoré, no se trata solo de ganar; se trata de jugar con pasión, propósito y alegría.
Esa epifanía se convirtió en mi guía. Lo que parecía el final de mi historia fue realmente el comienzo de algo nuevo. Dediqué mi vida a ayudar a líderes y organizaciones a jugar su mejor partida. Fundé la Gamification Leadership International Academy, presente en cinco países, donde he capacitado a más de 4000 profesionales en recursos humanos y 152 empresarios. He mostrado cómo los juegos serios y la gamificación pueden resolver problemas, convertir desafíos en oportunidades y fomentar la innovación. Con mi libro, “Los juegos como metodología para innovar”, he extendido mi mensaje a un público más amplio, revolucionando el management y el desarrollo organizacional.
Además, tomé la iniciativa de fundar InnspiraLab, una agencia de innovación en Estados Unidos, y otras cuatro empresas internacionales que se dedican a asistir a empresarios y emprendedores en todo el mundo. Estos proyectos reflejan mi compromiso de no solo sobrevivir, sino de transformar e impactar positivamente a través de la innovación y la colaboración.
Sin embargo, el aprendizaje más valioso de mi camino no se encuentra solo en los logros profesionales, sino en la realización de que la vida es un juego que merece ser jugado con todo lo que uno tiene. Cada desafío, cada decisión y logro son partes del tablero. Y, como en todo gran juego, las reglas cambian con innovación y valor.
Hoy, te invito a unirte a mí para jugar tu mejor partida. Porque no se trata únicamente de sobrevivir, sino de transformar, impactar y disfrutar del proceso. He aprendido que, con las herramientas adecuadas, siempre puedes ganar